Cada año, al comenzar el otoño, los primeros virus llegan a la
escuela dispuestos a quedarse a pesar de no haber recibido invitación alguna.
A continuación, vamos a hablar de
los dos virus que producen las infecciones más comunes en las Escuelas Infantiles
en los últimos años: la gastroenteritis y el “boca-mano-pie”.
LA GASTROENTERITIS
Cuando observamos en nuestros
alumnos, la aparición de episodios de
diarreas, malestar e inapetencias a la hora de comer, nos hace sospechar que
tal vez pueda estar incubando un proceso de gastroenteritis.
La gastroenteritis, es una
infección de estómago e intestino que se manifiesta sobre todo con náuseas,
vómitos y diarrea (deposiciones blandas o líquidas muy frecuentes). Además de
estos síntomas, esta infección causa dolor de tripa, cólico con retorcijones,
inapetencia, malestar general y en ocasiones, fiebre más o menos alta.
Para prevenir la gastroenteritis hay que extremar la higiene:
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Usar guantes para cambiar al niño
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Desinfectar el cambiador
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Lavarse las manos después de ir al baño
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Dejar los pañales sucios en recipiente cerrados
Para tratar esta enfermedad se aconseja:
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Consultar
con su médico siempre que en el niño aparezcan vómitos y diarrea
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Cuando el pequeño no tolera los líquidos y está
decaído, hay que aportarle el agua y la sal que pierde a través de los vómitos
y las diarreas
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Evitar los alimentos grasos (carnes rojas,
embutidos, etc.) y dulces (chocolate, pasteles, bollería, etc.).
EL “BOCA-MANO-PÍE”
La infección por este virus y
otros gérmenes de la misma familia es una enfermedad común y muy contagiosa. La
mayoría de las veces, la infección comienza en la garganta y después se propaga
a otras partes del cuerpo, llegando a causar un exantema de manos, pies y boca
en la mayoría de los casos.
Afecta sobre todo, a niños
menores de cinco años, pero también pueden contagiarse personas adultas. Las
vías de transmisión de la enfermedad boca mano-pie son la aérea, a través del
contacto directo con una persona que posea el virus, o a través de las heces.
El niño afectado, puede contagiar
a otros a través de pequeñas gotitas de aire que libera al estornudar y/o toser,
así como al tocar utensilios de uso común como los juguetes.
Algunos de los síntomas que suelen aparecer son:
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Dolor de garganta
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Fiebre y malestar general
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Aparición de ampollas en la boca, en las manos y
en los pies y, a veces, en otras partes del cuerpo que son rozadas por el
pañal, como los genitales o las nalgas.
Para prevenir la enfermedad es aconsejable:
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Lo más efectivo es mantener un buen hábito de
higiene, lavando las manos con agua y jabón, especialmente después de ir al
cuarto de baño.
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Para reducir los riesgos de contagio es
recomendable desinfectar con frecuencia las superficies y los objetos que usen
los niños de forma habitual, incluyendo los juguetes.
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Evitar aproximarse a personas que tengan el
virus porque es altamente contagioso.
Tratamiento de la enfermedad:
A los primeros síntomas, hay que
consultar con el pediatra y que sea él
quien aconseje cómo tratar la infección.
Ante la inquietud por estos virus
tan comunes, y dado que los niños están con otros compañeros de la misma edad,
desde la escuela infantil debemos recordar a los padres que cuando un niño
comienza con episodios de diarreas y/o
vómitos, malestar, fiebres y/o exantema,
tiene que ser llevado al pediatra y que el doctor, tras su observación, es
quien debe elaborar un informe declarando que el niño puede asistir a la
escuela sin riesgo de contagiar a sus compañeros y/o a sus profesoras.
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