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jueves, 2 de abril de 2020

¿CÓMO HACER QUE COMPRENDAN NORMAS CON 1-3 AÑOS?


Marcar los límites y hacer que los niños respeten y asuman las normas es muy importante para su desarrollo emocional, afectivo y social, ya que la disciplina no está reñida con el cariño y el afecto.

​​​​Las mamás y los papás, nunca deben afrontar con dudas o miedo la imposición de unas normas y unos límites a su pequeño. No deben sentirse culpables, ni pensar que el niño  se va a traumatizar por ello ni a interpretarlo como una falta de cariño por parte de sus progenitores. Todo lo contrario. El niño para sentirse seguro necesita sentir a la vez, a sus padres fuertes ante los retos que él debe ir superando.




Ser unos padres fuertes no debe interpretarse como unos padres severos, ya que imponer límites y normas nunca conlleva el ser severos con los hijos, sino consecuentes a la sociedad donde el niño debe integrarse y desarrollarse  como persona, y a la vez, es un intento de hacer comprender al niño la necesidad de respetar las normas para tener una convivencia pacífica, solidaria y respetuosa con su entorno tanto social como natural.

Las normas se aprenden y asumen comprendiendo el límite de cada acto con la reacción de los demás.
Por ejemplo: ¿Es inquieto en la mesa a la hora de alimentarse? Aunque entre los 1 y 3 años, es pronto para enseñarle «buenas costumbres», no lo es para limitar ciertos comportamientos cuando come:

-          ¿Quiere coger él solo la comida con la cuchara y al no coordinar bien, lo tira todo por la mesa? Este es el mejor momento, para que los papás establezcan sus reglas a la hora de comer. Por ejemplo, se ha de estar tranquilo, con las mirando para el plato, con las manos en la mesa y atendiendo cómo hay que utilizar los cubiertos. Hay que procurar no mancharse,  limpiarse con la servilleta tras comer y coger el vaso de agua con cuidado de no verter sobre él o la mesa, el agua… Todo esto es un clásico para hacer comprender las reglas a la hora de la comida. Y la mayoría de las veces, es una dura prueba para los padres que deben llenarse de paciencia.

Pero…¿Cómo hacerlo? Con tranquilidad, sin gritos ni castigos; pero con el firme propósito de que, hasta que no haya acabado la papilla, el pequeño no podrá bajar de la silla ni jugar con su cochecito o cualquier otra cosa que desee hacer mientras come.



Pero estar sentado a la mesa, no significa que haya que estar serios o enfadados, y por supuesto, no significa que no se deba reír y pasarlo bien. De hecho, la hora de la comida ha de ser un momento para el encuentro y disfrute de los comensales. Por lo que, si hay que cantarle canciones mientras come o se le da de comer, por supuesto que no anulan el efecto que quieres conseguir ya que el juego es una de las mejores herramientas para mostrar y hacer comprender las reglas a los más pequeños. Lo más normal, es que en cada juego tenga sus reglas y se basen en unas normas.

-          ¿No quiere acostarse a su hora de dormir?  Los padres deben saber de la importancia para el niño de unas horas de descanso para el sueño, y que la transgresión de un horario no debe convertirse en una costumbre.



Un buen método para que el niño comprenda la norma de ir a descansar a su hora cada noche, es ofrecerle pequeños rituales que le ayudaran a dormir: contarle un cuento cuando está en la cama, cantarle una canción, arroparle y darle un beso de buenas noches, etc. Pero ¡ojo!, siempre haciéndole comprender que será un solo cuento, o una sola canción, o la regla que cada padres crean más favorable para la consecución de los objetivos: que el niño comprenda que es la hora de dormir y que este momento también tiene sus reglas. Por lo que, si una vez contado el cuento, etc, no se consigue convencerle, se hace necesario apagar la luz sin ningún tipo de duda y tomar una postura determinada e inflexible. Aunque suponga para los padres, volver a llenarse de paciencia y perderse su programa preferido de TV o postergar su propio trabajo para más tarde. Pero nunca se debe consentir que el niño salga de la cama y vuelva a jugar o ver la TV con los adultos.


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